La Paz, 03 de julio (Tinta Roja).- Nuevos estudios cualitativos revelaron las realidades de la violencia contra niñas, niños, adolescentes y mujeres con hechos desde el incesto hasta las agresiones en entornos digitales.
Los estudios fueron presentados en el evento «Que la Verdad nos Mueva», que convocó a actores clave persistencia de normas sociales que perpetúan el problema.
Fueron elaborados por el Instituto de Investigaciones de Ciencia del Comportamiento (IICc) de la Universidad Católica Boliviana (UCB) junto al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Save the children, Misión Internacional de Justicia (IJM).
Entre los hallazgos se encontró que persisten creencias y costumbres que perpetúan la violencia sexual: se naturaliza el control masculino, se culpabiliza a la víctima y se minimiza el delito.
En algunas regiones, prácticas como el matrimonio infantil agresiones sexuales grupales durante fiestas siguen siendo vistas como «normales». Además, muchos casos se resuelven fuera del sistema de justicia por presión social.
En cuanto al sistema judicial, solo el 33% de los casos denunciados avanza a la etapa preparatoria y apenas el 2.5% concluye con sentencia. La demora en las investigaciones, la falta de medidas de protección y las múltiples interacciones con operadores de justicia generan un alto riesgo de revictimización.
Se advirtió también obstáculos estructurales y cultura de silencio, además de temor afectar la reputación familiar y desconfianza institucional como factores para evitar que las víctimas hagan denuncias. La percepción de que «no servirá de nada»o que es un asunto privado» sigue arraigada.
En cuanto al incesto y violencia dentro del hogar, el 42% de los casos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes ocurre en el entorno familiar. Se identifican patrones de incesto intergeneracional, dinámicas de silencio, fronteras difusas y relaciones de poder que impiden la protección oportuna. Aunque la mayoria de cuidadores declara tener conocimiento preventivo, en siete de cada 10 casos revelados no se activaron medidas de resguardo.
El 16,4% de las niñas, niños y adolecentes ha recibido imágenes o mensajes sexuales no consentidos, con mayor prevalencia en mujeres de 15 a 17 años. También se reportaron casos de presión para realizar actos sexuales en línea. En muchos casos, el agresor era alguien conocido: un amigo, conocido presencial o contacto.
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