Mundo, 26 de jul 2025 (Tinta Roja) .- La ‘Myiopsitta monachus’, conocida comúnmente como cotorra argentina o monje, es un ave originaria de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, característica por su un plumaje predominantemente verde, con rémiges azuladas que se hacen visibles durante el vuelo.
Pese a su inofensiva apariencia, la cotorra argentina es considerada una plaga en Sudamérica, puesto que puede generar problemas agrícolas, económicos e incluso de infraestructura, debido a sus grandes nidos, que pueden pesar hasta 200 kilogramos, así como por su forma de alimentarse.
En el caso de México, estas aves se han establecido en la capital del país y en los estados de Puebla y Veracruz, siendo este último el más afectado por su presencia, ya que allí las cotorras argentinas se han vuelto una amenaza para las especies nativas. En 2013 comenzaron a registrarse los primeros avistamientos de cotorras argentinas a lo largo del bulevar Manuel Ávila Camacho, en la zona costera del municipio de Veracruz.
Desde entonces, su población ha aumentado rápidamente, extendiéndose a los municipios vecinos de Alvarado y Medellín de Bravo. Según el biólogo Fabián Ramírez Valencia, estas aves llegaron a la región de contrabando y su rápida expansión pudo deberse a que escaparon o fueron liberadas de los hogares donde eran mantenidas como mascotas.
Las víctimas de estas aves
Las cotorras argentinas son territoriales y agresivas, lo que representa una amenaza para la fauna local; además, son portadoras de enfermedades que pueden ser trasmitidas a otras aves, e incluso también a los humanos. Al mismo tiempo, forman grandes parvadas dispuestas a atacar para acaparar alimentos y lugares de anidación.
Esta organización les permite sobrevivir y adaptarse en condiciones adversas, desplazando a otras especies endémicas. Entre sus víctimas se encuentran el perico azteca (‘Eupsittula canicularis’), el loro cachete amarillo (‘Amazona autumnalis’) y el guayabero (‘Amazona finschi’), que son nativas de México. A diferencia de estas aves, que anidan en cavidades, las cotorras argentinas construyen sus nidos con ramas o en edificaciones.
¿Cómo evitar su proliferación?
En la Ciudad de México, los especialistas han administrado anticonceptivos a estas aves invasoras para disminuir la población, aunque en otros países, como EE.UU. y España, han recurrido a aniquilarlas. Para evitar que sigan reproduciéndose, se aconseja a los residentes remover sus nidos y no tratar de protegerlos.
«Estos animales tienen una resistencia tremenda, una adaptabilidad sorprendente, y cuando encuentran un lugar sin amenazas, simplemente se quedan y conquistan«, señala Ramírez Valencia.
Fuente: RT