Tarija, 01 de agosto (Tinta Roja).- Tarija vuelve a enfrentarse a una de sus mayores amenazas, el fuego. La serranía de Sama, un tesoro ecológico y fuente de agua para miles de familias, está en riesgo. Este jueves, dos incendios simultáneos desataron la alarma y movilizaron a más de 150 bomberos y voluntarios, quienes pese a los esfuerzos tuvieron que replegarse al caer la noche.
El saldo preliminar, tres personas heridas, entre ellas un hombre de 57 años que está en terapia intensiva, y al menos 80 hectáreas consumidas por las llamas.
El primero de los incendios se reportó en la localidad de Coimata, en el municipio de San Lorenzo, al promediar las 11.00 de la mañana. A través de la rápida acción de brigadas municipales y voluntarios, el fuego fue controlado pasado el mediodía, según publica este viernes el diario El País de Tarija.
El segundo foco, sin embargo, se convirtió en una pesadilla. Ocurrió en el Rincón de La Vitoria, en el municipio de Cercado. Pese a la movilización masiva de personal y la coordinación de la Gobernación, municipios, Policía y la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT), el fuego avanzó sin control hacia la zona de Turumayo, alimentado por la vegetación seca y las fuertes ráfagas de viento.
En hora de la tarde era visible una delgada pero extensa línea de fuego que iluminaba las laderas de la serranía, recordando a muchos la tragedia del 2017, cuando Sama perdió 13.000 hectáreas de bosque y pajonales.
El director de Gestión Ambiental, Riesgos y Cambio Climático de la Gobernación, Reiner Figueroa, confirmó que el fuego alcanzó llamas de hasta cinco metros de altura en algunos sectores. “Estamos hablando de una zona accidentada, con mucho material seco y fuertes vientos”, señaló.
Ante la magnitud del desastre, la Gobernación pidió apoyo urgente al Viceministerio de Defensa Civil, solicitando el despliegue de un helicóptero para operaciones aéreas de sofocación, previsto para arribar a primeras horas de este viernes. El carguío de agua se realizará en la represa de San Jacinto, para trasladarlo hacia las zonas más afectadas en Turumayo.
En tierra, un contingente de 20 brigadistas quedó en la zona para reanudar el combate al fuego desde la madrugada de este viernes, mientras se espera que las condiciones climáticas no agraven la situación.
Las consecuencias no solo se cuentan en hectáreas quemadas. Tres personas resultaron heridas. La más grave, un hombre de 57 años, lucha por su vida en terapia intensiva tras sufrir quemaduras de consideración. Los otros dos afectados están fuera de peligro.
El incendio también amenazó viviendas rurales y arrasó con forraje –chalares de maíz- destinado a animales, golpeando directamente la economía de las familias campesinas que dependen de estos recursos para su subsistencia.
El alcalde de Tarija, Johnny Torres, confirmó que hasta la tarde se habían consumido unas 40 hectáreas. Sin embargo, debido a las condiciones del viento en horas posteriores, el daño podría haberse duplicado hacia la noche, superando las 80 hectáreas.
Torres lamentó la imprudencia de quienes continúan realizando chaqueos pese a las alertas naranjas por vientos. La autoridad confirmó que este viernes se instalará un Comando de Incidencia para reforzar el control en la zona.
Sama, un patrimonio en riesgo
La Serranía de Sama no es un lugar más. Alberga la Reserva Biológica de Sama, considerada el pulmón verde de Tarija y fuente de agua para miles de familias del valle central. Sus ecosistemas de altura son el hogar de especies únicas y refugio de fauna silvestre que cada año se ve amenazada por los incendios.
Organizaciones ambientales recuerdan que Sama ya sufrió en 2017 uno de los peores desastres forestales en la historia del departamento. La lección parecía aprendida, pero los incendios siguen repitiéndose, sin que se establezcan mecanismos efectivos para prevenirlos ni sanciones ejemplares para quienes los provocan.
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