Argentina, 6 de agosto 2025 (Tinta Roja).- La incertidumbre sobre el macabro hallazgo hecho en la casa contigua a la del fallecido cantante argentino Gustavo Cerati ha llegado a su fin: las autoridades determinaron que los restos encontrados son de un adolescente desaparecido que fue asesinado.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), refiere Radio Nacional, manifestó que Diego, cuyo apellido fue omitido para resguardar a su familia, tenía 16 años cuando desapareció, sin dejar rastro, la tarde del 26 de julio de 1984.
Según la autopsia, la osamenta tenía una lesión en la cuarta costilla del lado derecho, por lo que la causa de muerte podría haber sido una puñalada. Asimismo, se encontraron lesiones posteriores en la rodilla y los codos, lo que pudiera significar que se trató de descuartizar el cuerpo con un serrucho o una herramienta parecida.
Esta investigación es realizada por el fiscal Martín López Perrando y, aunque el homicidio habría prescrito, se prevé llamar a declarar a las personas que vivían, en 1984, en la casa donde se hallaron los restos.
Las pistas para el hallazgo
Tras la caída de un muro que separaba dos propiedades durante unos trabajos de construcción en una casa de la avenida Congreso, en el barrio bonarense Coghlan, unos obreros encontraron en mayo pasado unos restos humanos en el lindero del chalet donde vivió Cerati, en calidad de inquilino, entre 2001 y 2003, recoge C5N.
Además de aproximadamente 150 fragmentos óseos, los investigadores encontraron un reloj marca Casio modelo C90 con calculadora, un corbatín, una moneda de cinco yenes que se usaba como colgante, una ficha de casino y un llavero. La edad estimada del fallecido era de entre 14 y 19 años.
Los huesos estaban depositados en una fosa de 1,20 metros de largo por 40 centímetros (cm) de ancho y 60 cm de profundidad.
Esta información, que se hizo pública, le causó interés a un sobrino de los padres de Diego que conocía el caso. Tras recoger una muestra de ADN de la madre del adolescente y compararla con la de la osamenta encontrada, se pudo conocer su identidad.
La desaparición
El adolescente, según Perfil, regresó de su colegio un mediodía, almorzó con su mamá y le pidió dinero para tomar el transporte público porque iba a visitar a un amigo. Eran las 2:00 de la tarde.
Esa misma tarde fue visto por última vez en la esquina de Naón y Monroe, en el barrio de Belgrano, ubicado en la capital argentina, a pocas cuadras de su vivienda.
Ya en la noche, los padres, preocupados por no saber nada del joven, fueron a la comisaría 39 para denunciar su desaparición. Sin embargo, los uniformados desestimaron la solicitud y les dijeron: «Se fue con una mina, ya va a volver«.
Según quedó registrado en un cartel que pegaron sus padres en las calles —donde había una foto de Diego junto a sus características físicas— el adolescente medía 1,72 metros, tenía el cabello castaño oscuro, la tez blanca y los ojos también castaños. Ese día había salido de su casa con el uniforme escolar, que constaba de un jean azul, una chaqueta del mismo color y unas botas marrones.
Diego era alumno de la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N.º 36 y era futbolista del Club Atlético Excursionistas con sede el Bajo Belgrano, donde practicaba casi todos los días.
La consternación que ha generado este caso se debe a que la denuncia de los padres nunca fue atendida por las autoridades, que insistían que Diego se había fugado de su casa. Su progenitor de nombre Juan, fallecido en un accidente, sostenía que su hijo había sido secuestrado por una secta.
Fuente: RT