EEUU, 14 de nov (Tinta Roja).- Los seres humanos han considerado a lo largo de los siglos que la vida y la muerte eran dos extremos de un mismo polo. Con este nuevo estudio, aparece una nueva dimensión.
Un grupo de biólogos celulares dice que puede haber un «tercer estado» diferente de las definiciones tradicionales de vida y muerte. Para explicar esto, los científicos suelen pensar en la muerte como «el cese irreversible del funcionamiento general de un ser vivo». Sin embargo, medidas como la donación de órganos muestran cómo los tejidos, los órganos y las células pueden seguir viviendo durante algún tiempo después de la muerte de un organismo.
Dos biólogos llamados Peter Noble, profesor asociado de microbiología en la Universidad de Alabama en Birmingham, y Alex Puzhitkov, director de bioinformática de la Escuela de Ciencias Biológicas Earl y Manella de Hope City (Arkansas), en un artículo publicado en The Conversation, abordaron cómo la aparición de nuevos organismos multicelulares nos permite romper con las restricciones convencionales.
Más allá de la vida y la muerte
Los científicos exploraron en profundidad los procesos que tienen lugar en los organismos después de la muerte y permiten que las células sigan funcionando, lo que permite que se lleve a cabo un trasplante de órganos exitoso. Su investigación demostró que las células de la piel aisladas de embriones de ranas muertas pueden adaptarse espontáneamente a las condiciones de las placas de laboratorio (placas de Petri) y formar nuevas estructuras multicelulares llamadas xenobots.
Estas nuevas estructuras multicelulares también mostraron comportamientos que iban mucho más allá de sus funciones biológicas originales. Por ejemplo, las nuevas estructuras multicelulares formadas a partir de células embrionarias de ranas muertas utilizaban sus cilios (protuberancias finas parecidas a pelos) para moverse por su entorno, mientras que en los embriones de ranas vivas, estos cilios se suelen utilizar para mover la mucosidad.
Una capacidad única de autorreplicarse cinemáticamente
Estas nuevas estructuras, llamadas xenobots, también poseían la capacidad única de autorreplicarse cinemáticamente, lo que significa que podían reproducir tanto su forma física como su función sin tener en cuenta la trayectoria de crecimiento tradicional.
Los estudios han demostrado que las células pulmonares humanastambién pueden unirse espontáneamente para formar pequeños organismos multicelulares con la capacidad de moverse. Estos antrobots también mostraron nuevos comportamientos y estructuras propias y no solo podían maniobrar dentro de su entorno, sino que también podían repararse a sí mismos y a las células nerviosas dañadas cercanas.
Por lo tanto, los resultados de estas investigaciones revelaron notables adaptaciones de los sistemas celulares y pusieron en tela de juicio la idea de que las células y los organismos solo evolucionan de formas predeterminadas. Este concepto de «tercer estado» también sugirió que el proceso de muerte de los organismos puede influir considerablemente en la evolución de la vida a lo largo del tiempo.