Santa Cruz, 11 de mar (Tinta Roja).- “Por favor, Ismael (Mamani Poma), devolvenos a nuestra hermana, no nos importas vos, te puedes ir a donde quieras. Devolvenos a nuestra hermana, ponte en el lugar de mi mamá, de mi papá, sabes que mi mamá tiene enfermedad de base, no seas así, Ismael, por favor devolvela”, fue el ruego de Damisel Robles el 3 de marzo, la hermana del María Luisa, la joven de 25 años que estuvo desaparecida por 12 días en el municipio cruceño de Samaipata.
El ruego fue lanzado al hombre a quien acusó de ser un agresor reincidente. La familia de María Luisa comenzó su búsqueda el 24 de febrero, cuando unos vecinos los alertaron de las agresiones que la joven recibió en su domicilio.
Damisel relató que Mamani la tenía oculta desde entonces, que al llamar al celular de su hermana solo respondía él y que se burló de ellos y su desesperación. Luego, se enteraron que el hombre había internado a María Luisa, tres días en el Hospital de la Guardia, con el argumento de que se había caído de un caballo.
Los padres y las hermanas de María Luisa corrieron al centro médico, donde la hallaron, pero solo dos de ellos lograron verla brevemente.
Los médicos informaron a la familia que María Luisa tenía tres costillas rotas, laceraciones en las orejas y extremidades, además de múltiples contusiones. Pese a ello, los médicos no reportaron el caso a la Policía, no obstante, revelaron a los familiares que Mamani se negó a autorizar una intervención quirúrgica para reparar los huesos fracturados.
Alarmados, el padre y la hermana se fueron a hacer gestiones para que se practique un informe forense a María Luisa. Mientras tanto, la hermana relató que, en complicidad del hermano, Juvenal Mamani, y el “gordo”, un ayudante del taller de propiedad de Mamani, ayudaron a sacar de la clínica a la joven, sin autorización médica.
“Estaba inconsciente, con el rostro desfigurado y se la llevaron en un torito (mototaxi)”, afirmó Damisel, en entrevista con Red Uno. El reporte médico corroboró el estado de desorientación en el que la joven fue internada y la inflamación en parte del rostro. “¿Por qué los médicos no reportaron esto a la Policía?”, cuestionó la familia.
Cómplices
El 7 de marzo, cuando ya se cumplían 12 días de la desaparición, luego de un allanamiento a la casa de los padres del agresor y de la pareja, el juez de Samaipata determinó la detención preventiva del hermano del principal sindicado, Juvenal Mamani, por dos meses. Fue imputado por trata de personas y violencia intrafamiliar.
Para entonces, la familia de María Luisa se hallaba desconsolada, con pocas esperanzas de encontrarla con vida y creyendo que el sujeto había emprendido la huida a otro país. Pero esa noche, sus ruegos tuvieron respuesta.
Ismael Mamani se presentó en oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) empujando una silla de ruedas en la que traía a María Luisa, con las piernas cubiertas con una manta. “Soy inocente, no es como dijo la familia, espero que la justicia haga su trabajo”, declaró el hombre de forma escueta ante los medios, pero minutos después la Fiscalía hizo cumplir una orden de aprehensión que ya se había emitido días antes en su contra.
María Luisa, también de manera breve, apoyó la versión de Mamani y pidió una orden de alejamiento de su propia familia, en favor de ella y de su pareja.
Contradicciones
“Quiero que se investigue a fondo, yo soy agricultora, yo he trabajado en el campo, veo cómo mi esposo trabaja con caballo, esto (los golpes) no es caída de caballo. Yo siempre la veía con moretes y mi hija de decía ‘mamita me caí de la moto, mamita, me resbalé’. Ella siempre ponía cualquier excusa para no acusarlo, no lo denunció, ella le tenía miedo”, aseguró María Luz Maldonado, madre de María Luisa, en entrevista con Red Uno, la noche de la reaparición.
La familia aseguró que se trataba de años de agresiones físicas y psicológicas a las que estuvo sometida María Luisa. “Mi hermana le tenía miedo”, remarcó una vez más Damisel y aseguró que incluso escuchó a Mamani insultarla constantemente.
Si bien la hermana y la madre de María Luisa afirmaron que ella estaba “más tranquila”, aseguraron que traía la misma ropa con la cual había desaparecido del hospital siete días antes, y que en parte de sus prendas se notaban aún las manchas de sangre. Más tarde, se filtraron las fotos en las que se vio una serie de lesiones y laceraciones en las extremidades, cuello y cadera de la joven.
Encarcelamiento
El 9 de marzo, luego de una larga audiencia cautelar, el juez a cargo de caso también determinó a la detención preventiva de Ismael Mamani, pero solo por 30 días y por el delito de violencia familiar, había descartado el delito de trata y tráfico de personas, por el cual ya había cautelado al hermano.
El abogado de la familia Robles, Javier Murillo, declaró a Gigavisión que un informe psicológico halló contradicciones en las declaraciones de María Luisa, y que estos elementos serán analizados en detalle más adelante, pero las contradicciones en la versión que ambos dieron, sobre cómo se originaron las lesiones de la joven, fueron importantes para que se determine el encarcelamiento de Mamani, mientras duran las investigaciones.
Asimismo, Murillo afirmó que apelará la determinación judicial, para que esta se extienda y se incrementen otros tipos penales, como tentativa de feminicidio, pues considera contradictorio que haya aceptado la imputación por dos delitos contra el hermano de Mamani, pero que el principal agresor solo sea procesado por violencia familiar.
Aún se desconocen detalles de dónde estuvo la joven todos los días en que la familia recorría el municipio de Samaipata en su busca. Lo que sí es evidente, son los moretones en los muslos, alrededor de su cuello y una serie de declaraciones de testigos, vecinos y de otras «víctimas de Mamani”, que la defensa afirmó serán convocados a declarar para confirmar las agresiones a las cuales María Luisa fue sometida por años.
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