EEUU, 06 de dic (Tinta Roja).- En una zona rural de Sabine County, Texas, una comunidad quedó consternada tras el reporte de un crimen tan insólito como perturbador. Michael C. Howard, un abogado de 68 años residente en Houston, fue detenido luego de confesar haber disparado accidentalmente contra su hijo, Mark Randall, de 20 años, alegando que lo confundió con un intruso.
El incidente ocurrió en la noche del domingo en una propiedad perteneciente a Howard. Según las autoridades, tras el disparo, el acusado trasladó el cuerpo con un tractor hacia un área remota de la finca, donde lo colocó en una pila de basura y lo incineró. No fue sino hasta 17 horas después que el hombre notificó a la oficina del alguacil sobre lo sucedido, calificándolo como un “horrible accidente”.
El descubrimiento de un crimen inusual
Las investigaciones de la Oficina del Sheriff del Condado de Sabine y los Texas Rangers revelaron detalles inquietantes del caso. Tras recibir la notificación de Michael C. Howard casi un día después del incidente, las autoridades acudieron a su propiedad ubicada en Mount Sinai Road, una extensa finca rural en el este de Texas.
El sospechoso indicó a los agentes el lugar donde había “cremado” el cuerpo de su hijo. En el sitio señalado, los investigadores encontraron restos humanos calcinados, incluidos fragmentos de mandíbula con dientes, mezclados con cenizas y escombros. Estos restos fueron enviados al médico forense del Condado de Jefferson para su análisis.
Las autoridades también inspeccionaron el lugar del tiroteo original. Allí, hallaron rastros que indicaban que la escena había sido limpiada con agua, lo que sugiere un intento de manipulación. El arma utilizada, una escopeta, fue recuperada en una de las estructuras de la propiedad.
El caso levantó interrogantes sobre las horas previas al crimen. Dos días antes, el hombre había reportado un robo en su propiedad que involucraba maquinaria agrícola, lo que, según los investigadores, podría haber influido en su percepción de amenaza. Sin embargo, la narrativa de los eventos ofrecida por el acusado sigue bajo escrutinio.
Un crimen que sorprende por sus protagonistas
El caso toma un giro aún más desconcertante al considerar los perfiles de los involucrados. Michael C. Howard, de 68 años, es un abogado con una práctica privada establecida en el distrito de Heights en Houston. Según registros públicos, su carrera legal no había estado asociada previamente a incidentes violentos, lo que hace que este caso resulte más impactante.
Por otro lado, Mark Randall Howard, de 20 años, era un joven con síndrome de Down diagnosticado desde su nacimiento. Sin embargo, las autoridades lo describieron como una persona de alto funcionamiento, capaz de mantener un empleo y desenvolverse de manera independiente en varios aspectos de su vida diaria. Según declaraciones de la oficina del sheriff, Mark había acompañado a su padre a la propiedad rural unos días antes del incidente, sin que se reportaran tensiones previas.