Sidney, 28 de abril (Tinta Roja).- Virginia Giuffre, una de las principales denunciantes de los abusos sexuales de Jeffrey Epstein que también acusó al príncipe Andrés, murió por suicidio a los 41 años.
Giuffre falleció en la ciudad de Neergabby, en Australia, donde vivía desde hace años, le confirmó la familia a la BBC este sábado.
«Con el corazón profundamente roto, anunciamos la muerte de Virginia en su granja en Australia Occidental», declaró la familia en un comunicado.
El comunicado explica que «se suicidó tras haber sido víctima de abuso sexual y trata de personas durante toda su vida», agregó.
La activista con doble nacionalidad estadounidense y australiana «fue una guerrera incansable en la lucha contra el abuso sexual y la trata de personas. Fue la luz que animó a tantos sobrevivientes», según el texto.
«Al final, el costo del abuso es tan alto que para Virginia se volvió insoportable», concluye.
En una entrevista concedida a People, Amanda Roberts, hermana de Virginia, dijo este domingo que Giuffre era una «guerrera feroz» que «deseaba que todos los sobrevivientes obtuvieran justicia».
Era una de «las almas más hermosas que jamás podrías conocer», añadió.
«Perdimos a nuestra hermana. Sus hijos perdieron a su madre, y su madre perdió a su hija».
En un comunicado, Dini von Mueffling, portavoz de Giuffre durante muchos años, la describió como «una de las personas más extraordinarias que he tenido el honor de conocer».
Afirmó que Giuffre fue un «modelo de referencia para otras sobrevivientes y víctimas» y que «fue un privilegio único representarla».
Tras hacer públicas sus acusaciones de abuso, Giuffre se convirtió en una destacada activista y estuvo estrechamente vinculada al movimiento #MeToo.
BBC