Muertes tras las rejas: 8 crímenes en 34 días casi igualan la cifra total de 2024

Seguridad

La Paz, 10 de feb (Tinta Roja).- El escenario de muertes en las cárceles se convirtió en un foco de preocupación en  Bolivia. En solo 34 días de 2025, se reportaron ocho decesos violentos, mientras que en todo 2024 se registraron nueve, lo que evidencia la creciente violencia contra personas que se encuentran bajo la custodia del Estado.

El último caso, un doble asesinato, ocurrió en la cárcel de San Pedro de Chonchocoro en Viacha, La Paz, considerada la prisión de máxima seguridad de Bolivia. La mañana del martes 4 de febrero, al llamar lista, detectaron la ausencia de dos internos, Guido Ch.T. (23 años) y José Ch.M. (50). Ambos fueron encontrados muertos en una celda del Bloque C, con signos de violencia, pues un cuchillo se utilizó para acabar con sus vidas. Uno de ellos cumplía condena por robo y el otro por violación; ambos habrían fallecido durante la noche.

El doble crimen, junto a otros dos casos ocurridos en la misma cárcel, provocó esa misma tarde el despliegue de un importante número de policías que requisaron la cárcel de máxima seguridad. Allí encontraron cuchillos artesanales, bebidas alcohólicas, electrodomésticos, drogas y otros objetos prohibidos en el interior de una prisión. Además, las autoridades decidieron implementar cambios, como el relevo de todo el personal, y reforzar la seguridad.

Todo esto ocurrió en medio de cuestionamientos, ya que nueve días antes, el 26 de enero, en el mismo recinto carcelario, otro interno, Nabor López H., señalado como líder de una banda dedicada al secuestro en el Trópico de Cochabamba, fue asesinado. El autor del crimen, un privado de libertad de nacionalidad brasileña, utilizó un arma de fuego para cometerlo. Este reveló que un policía le vendió el arma cinco días antes por 4.000 bolivianos, lo que desató un proceso que culminó con la baja del efectivo de la institución del verde olivo.

Según los hechos, en orden inverso, el siguiente suceso ocurrió en la cárcel de Palmasola, en Santa Cruz, donde se registró un feminicidio seguido de suicidio. Isabel A., de 45 años, ingresó al penal el domingo 12 de enero como visita de su expareja, Jaime López C., de 46, recluido por tentativa de feminicidio. Al finalizar el horario de visitas, los efectivos notaron que quedaba un carnet, por lo que comenzaron a buscar a la mujer, hallándola muerta, al igual que su expareja. Ella murió por asfixia mecánica, mientras que él perdió la vida por estrangulación.

El 3 de enero, un privado de libertad, sindicado de robo, murió de forma violenta en el Centro de Readaptación Productiva (Ceprom) Montero, en Santa Cruz. Su esposa denunció que la víctima presentaba golpes en diversas partes del cuerpo, lo que indicaba un estado diferente al que tenía al ingresar, por lo que otros reclusos están siendo investigados.

Ese mismo día, otro privado de libertad, Rubén A.M., de 36 años, fue asesinado a puñaladas en la cárcel de Chonchocoro, en La Paz. Dos internos, William F.V. y Jorge L.G.A., de 25 y 30 años, fueron imputados por homicidio. El crimen ocurrió la noche del jueves 2 de enero. Un policía escuchó ruidos provenientes de una celda del Bloque B y, al acercarse, un interno le informó de una pelea. Al llegar, encontró a uno de los imputados tendido en el piso, mientras que la víctima yacía en el baño, sin signos vitales y con varias heridas punzocortantes en el cuerpo.

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