NXIVM, la perversa secta con celebridades involucradas y esclavas sexuales humilladas y marcadas como ganado

Seguridad

Nueva York, 22 de julio (Tinta Roja).- Keith Raniere y Nancy Salzman fundaron en 1998 una organización que funcionaba como un espacio de desarrollo personal que ofrecía cursos y seminarios bajo el esquema de estafa piramidal. No obstante, bajo esa fachada se escondía una perversa secta encargada de reclutar esclavas sexuales que eran manipuladas y humilladas para servir al gurú, conocido dentro del grupo como ‘Vanguard’ o ‘Grandmaster’.

La agrupación NXIVM, fundada en la ciudad de Albany (Nueva York, EE.UU.), atrajo a alrededor de 16.000 personas, que participaron en sus supuestos programas de capacitación. El espacio se hizo muy famoso, luego de conseguir el apoyo de Clare y Sara Bronfman, hijas del difunto multimillonario y expresidente de la compañía canadiense Seagram, Edgar Bronfman.   

Muchos de los seguidores perdieron miles de dólares, mientras otros se involucraron de manera más profunda y acabaron renunciando a sus carreras, amigos y familias para convertirse en fieles seguidores de Raniere.   

Algunos integrantes del grupo describieron al líder como cálido y simpático, pero otros lo calificaron de litigioso y manipulador.

Keith Raniere

Sociedad secreta basada en la explotación sexual

Dos décadas después, luego de varios intentos fallidos y de reportes en la prensa sobre las irregularidades en la organización, las autoridades iniciaron una investigación exhaustiva y descubrieron la existencia de una sociedad secreta dentro del grupo llamado DOS. Esta agrupación operaba como un esquema piramidal basado en la explotación y manipulación sexual e involucraba tráfico sexual, pornografía infantil, castigos humillantes, extorsión, brutales rituales de iniciación, entre otros delitos.

Especialmente cruel era el trato hacia las mujeres de la organización a las que hacían creer que eran parte de un grupo de formación de mentoras femeninas, pero en la práctica eran obligadas a subordinarse sexualmente a Raniere.

Algunas tácticas del líder para mantener la disciplina eran tan brutales como marcar a sus víctimas a través de quemaduras con hierros candentes (como se hace con el ganado). Otras veces, las amenazaba con publicar sus fotos íntimas en caso de que quisieran desvelar la existencia del grupo, hacía experimentos humanos para realizar «estudios sobre el miedo» o establecía un estricto régimen de alimentación (entre 500 y 800 calorías diarias) para que las mujeres tuvieran «un cuerpo atractivo».

Entre los castigos a los que eran sometidas, podían ser obligadas a mantener posturas dolorosas, estar descalzas en la nieve, tomar duchas frías y azotarse mutuamente con una correa.

RT

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