California, 19 de dic (Tinta Roja).- Las autoridades sanitarias de todo el mundo vigilan intensamente el virus H5N1 de gripe aviar desde hace años. De momento, este patógeno afecta de forma mayoritaria a animales, pero también de forma esporádica a los humanos, aunque todavía lo hace de forma poco eficiente. Por eso se extrema la vigilancia: para evitar que mute y evolucione hasta poder transmitirse de persona a persona. Y, si llega ese momento, estar preparados en la medida de lo posible. En estos momentos, el foco está puesto en Estados Unidos, donde se acaba de registrar el primer caso grave en una persona de ese país, en el que ya se han producido un total de 61 casos de contagio, la gran mayoría leves.
Aunque el paciente se encuentra en el estado de Luisiana, California, ha declarado el estado de emergencia. El motivo: se trata de la zona de Estados Unidos más afectada por la actual crisis de gripe aviar en norteamérica, con 34 casos en humanos. Uno de los rasgos distintivos -y preocupantes- de la expansión de gripe aviar en ese país es que afecta mayoritariamente al ganado vacuno. Sin embargo, el primer humano grave contagiado, que está hospitalizado, estuvo en contacto con aves muertas en su granja.
Situación actual de la gripe aviar
Hace unos meses, un estudio publicado en la revista Nature desveló que el virus de la gripe aviar H5N1 se puede transmitir entre mamíferos. En declaraciones a SMC España, Elisa Pérez Ramírez, viróloga veterinaria en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA), del CSIC, resumió la situación actual de la gripe aviar, que da una idea de por qué resulta tan preocupante: “Desde finales de 2020 este virus ha provocado la muerte de millones de aves de corral en todo el mundo y cientos de miles de aves silvestres”. De hecho, afirmó la investigadora, “estamos viviendo la mayor epidemia de gripe aviar de la historia; el impacto en la industria avícola y en la fauna silvestre ha sido devastador”.
Además, prosiguió Perez-Ramírez, “el virus ha ido adquiriendo progresivamente una mayor capacidad para saltar a los mamíferos, primero silvestres (con mortalidades masivas de mamíferos marinos en Sudamérica, por ejemplo), después visones en granjas peleteras en España y Finlandia, brotes en gatos domésticos y, finalmente, el salto más inesperado y probablemente el más preocupante: el ganado vacuno lechero en Estados Unidos”. Nunca antes se había detectado este subtipo en rumiantes, “por lo que estamos ante un escenario completamente nuevo con muchos interrogantes”, concluyó la experta.